En un día nublado pero sin lluvia,
ideal para caminar, vamos a toparnos con el primer desnivel importante de este
camino: el puerto de Otsondo. Habrá que
superar 500 m de desnivel en unos cinco kilómetros por lo que las rampas son
importantes. La salida de Urdax es por
detrás del monasterio atravesando un paso canadiense y pronto la intensa subida
pone a cada uno en su sitio, los "jamaicanos" salen zumbando y los
"fotógrafos" nos quedamos a lo nuestro.
Después del cemento, una pista
forestal de tierra blanda y húmeda rodeada de
maleza nos adentra en un bosque brumoso de pinos y hayas envolviéndonos
de un paisaje verde intenso ciertamente soberbio; un mojón de piedra nos
"anima" indicando que "únicamente" faltan 763 km para
Santiago. Media hora más tarde y tras
pasar unos portillos, se arriba a unos merenderos con mesas y barbacoas que
inducen al descanso, ya estamos en lo alto del puerto de Otsondo (Otxondo)
donde coincidimos con un afable ciclista francés que viene desde San Juan de
Luz en una bicicleta eléctrica por recomendación de su cardiólogo para
recuperarse de un infarto, según nos cuenta.
Cruzamos la carretera e iniciamos el
descenso por un camino zigzagueante hacia el valle de Baztán por unos parajes
increíbles. Atravesando torrentes y
arroyos, siempre vigilados por los picos Gorramendi y Autza entre otros, se
llega a una pista pavimentada de uso ganadero que nos va acercando a Amaiur
(Maya) donde almorzamos en la terraza del bar Gaztelu que nos cede el sitio a
cambio del consumo de cervezas y cafés. Sale ganando.
Para salir de Amaiur continuamos por
la calle Mayor admirando las hermosas casas que la forman, pasamos bajo el
característico arco que hay al final y llegamos al crucero con el que nos
hacemos la foto de grupo. Luego un pequeño tramo de carretera y nos sumergimos
en un camino real sombreado por castaños, pasamos por Arrasun y nos dirigimos a
Arizkun cruzando por el puente de Berroa para salvar el río Baztán y
adentrarnos en la población, solitaria a estas horas del día. Unos 2 km más
adelante tomamos la N-121 y nos dirigimos a Elbete, preludio de la capital del
valle, de la que está separado por el
río. Ya en Elizondo, lo atravesamos entero
para llegar al albergue Kortarixar, al otro extremo del pueblo, donde nos vamos
a hospedar.
El albergue está poco cuidado y mantenido
por lo que tiene algunas deficiencias para ser privado y cobrar como tal, la
más importante está en las "escotillas" del techo, ventanales que no
cierran bien y producen goteras cuando llueve, pero nos dan una habitación
amplia donde nos acomodamos sin problemas.
Hoy hacemos colada porque hay
lavadora y luego queremos visitar Elizondo, pero se pone a jarrear mientras nos
desplazamos al centro y tenemos que refugiarnos en soportales. Miguel, Roberto
y Fernando lo hacen en "la casa de
la tía Engrasi" que inspiró a Dolores Redondo en su trilogía de
novelas ambientadas en el Baztán.
Acabamos cenando en el bar Labaien mientras amaina, y como el tiempo no
está para paseos, regresamos al albergue a echar unas manos al chinchón. Mañana
turismo.
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