20180226

ELIZONDO - BERROETA


1 de septiembre, viernes:

          La etapa oficial de hoy es corta pero se complica bastante por la lluvia que, de manera intermitente y a veces intensa, nos hace poner y quitar continuamente los chubasqueros.
          Salimos de Elizondo en dirección a Irurita siempre por el asfalto de la tranquila nacional  NA-4404 y nos vamos fraccionando.  Paco Calata y yo nos quedamos rezagados con el "quita y pon" de los plásticos y las fotos, pero al pasar por Irurita, que por cierto tiene una arquitectura civil destacable, nos encontramos al goloso de Julián que se ha quedado a degustar un sabroso chocolate en una pastelería de la plaza "del rebote", llamada así porque en ella se jugaba a la pelota vasca,  y ya continuamos juntos el resto de la ruta que va ganando altura hasta el barrio de Zigaurre donde paramos a charlar con la simpática y locuaz Ana María que, agarrada a una escoba en la puerta de su gran casa blasonada, nos habla de su viudez, de que vive sola cuidando de su casa y su huerto y de que no quiere irse a la ciudad con su hijo, ejecutivo de una empresa, que la visita a diario. Por lo que nos cuenta, parece feliz en este magnífico entorno.
          El terreno sigue elevándose. Caminamos a veces por tierra y otras por asfalto; pasamos Ziga y por las afueras de Aniz, antesala del caserío de Berroeta, donde Roberto y Miguel han montado un almorçaret en la misma plaza, en un parque infantil.  Tras el almuerzo, nos acomodamos en el albergue que ocupa el edificio de las antiguas escuelas totalmente reformado y con una amplia cocina. Pero es pronto,  la etapa ha sido corta y empezamos a estar en forma, apetece un poco más de camino, por lo que vamos a andar un rato hasta Almandoz, allí hay una buena casa rural donde poder degustar un café y chupito. 
          En la posada-hotel-restaurante Beola, ubicado en el espléndido palacio Galzada Jauregia del siglo XVIII, magníficamente reformado y situado frente a la iglesia en pleno centro del pueblo, atendidos por una amable camarera disfrutamos de un buen café y emprendemos el regreso.  Entre ida y vuelta hemos caminado unos 5 km por prados, veredas y monte realmente preciosos, y ya en Berroeta damos un paseo por el pueblo observando algunas metas (montones), que son unas estructuras cónicas de helechos hechas a mano en torno a un palo de haya que, una vez secos, se utilizan como cama para el ganado y posteriormente como abono.  Bueno, y ahora a descansar.
          El albergue es estupendo; la cocina es nueva, moderna y está muy bien equipada así que hay que aprovecharla. Para ello vamos a hacer una buena compra a un super que hay en la carretera y preparamos un menú para chuparse los dedos: melón con jamón, ensalada, tortilla, ....., todo acompañado del glorioso allioli que hace Julián y del txacolí que nos regaló Nerea en Donosti.  A disfrutar, salud y bon apetit.









MIMITOS





PLATICANDO CON ANA MARIA

SU HUERTO










PATOKAS





























METAS

VISTA DESDE LA PUERTA DEL ALBERGUE


















ASÍ QUEDÓ EL MORTERO DEL ALLIOLI

No hay comentarios:

Publicar un comentario