1 de septiembre, viernes:
La
etapa oficial de hoy es corta pero se complica bastante por la lluvia que, de
manera intermitente y a veces intensa, nos hace poner y quitar continuamente los
chubasqueros.
Salimos de Elizondo en dirección a Irurita siempre por el asfalto de la
tranquila nacional NA-4404 y nos vamos
fraccionando. Paco Calata y yo nos
quedamos rezagados con el "quita y pon" de los plásticos y las fotos,
pero al pasar por Irurita, que por cierto tiene una arquitectura civil
destacable, nos encontramos al goloso de Julián que se ha quedado a degustar un
sabroso chocolate en una pastelería de la plaza "del rebote", llamada así porque en ella se jugaba a la pelota
vasca, y ya continuamos juntos el resto
de la ruta que va ganando altura hasta el barrio de Zigaurre donde paramos a
charlar con la simpática y locuaz Ana María que, agarrada a una escoba en la
puerta de su gran casa blasonada, nos habla de su viudez, de que vive sola
cuidando de su casa y su huerto y de que no quiere irse a la ciudad con su
hijo, ejecutivo de una empresa, que la visita a diario. Por lo que nos cuenta,
parece feliz en este magnífico entorno.
El
terreno sigue elevándose. Caminamos a veces por tierra y otras por asfalto;
pasamos Ziga y por las afueras de Aniz, antesala del caserío de Berroeta, donde
Roberto y Miguel han montado un almorçaret
en la misma plaza, en un parque infantil.
Tras el almuerzo, nos acomodamos en el albergue que ocupa el edificio de
las antiguas escuelas totalmente reformado y con una amplia cocina. Pero es
pronto, la etapa ha sido corta y
empezamos a estar en forma, apetece un poco más de camino, por lo que vamos a
andar un rato hasta Almandoz, allí hay una buena casa rural donde poder
degustar un café y chupito.
En
la posada-hotel-restaurante Beola, ubicado en el espléndido palacio Galzada
Jauregia del siglo XVIII, magníficamente reformado y situado frente a la
iglesia en pleno centro del pueblo, atendidos por una amable camarera disfrutamos de un buen café y emprendemos el regreso. Entre ida y vuelta hemos caminado unos 5 km
por prados, veredas y monte realmente preciosos, y ya en Berroeta damos un
paseo por el pueblo observando algunas metas
(montones), que son unas estructuras cónicas de helechos hechas a mano en torno
a un palo de haya que, una vez secos, se utilizan como cama para el ganado y
posteriormente como abono. Bueno, y ahora
a descansar.
El
albergue es estupendo; la cocina es nueva, moderna y está muy bien equipada así
que hay que aprovecharla. Para ello vamos a hacer una buena compra a un super
que hay en la carretera y preparamos un menú para chuparse los dedos: melón con
jamón, ensalada, tortilla, ....., todo acompañado del glorioso allioli que hace
Julián y del txacolí que nos regaló Nerea en Donosti. A disfrutar, salud y bon apetit.
|
MIMITOS |
|
PLATICANDO CON ANA MARIA |
|
SU HUERTO |
|
PATOKAS |
|
METAS |
|
VISTA DESDE LA PUERTA DEL ALBERGUE |
|
ASÍ QUEDÓ EL MORTERO DEL ALLIOLI |
No hay comentarios:
Publicar un comentario