29 de agosto, martes
Nos trasladamos hasta Bayona en cuya
catedral sellamos la credencial y nos orientan amablemente para salir de la
ciudad, siempre junto al río de La Nive, por el camino de sirga (servidumbre
ribereña de los ríos navegables) que utilizaban los animales de tiro para
arrastrar las barcazas de carga.
Pasamos junto al edificio de un
mercado apreciando que aquí la afición a las corridas de toros parece
importante a tenor de las grandes pancartas que anuncian festejos durante el
verano. Ya en el camino asfaltado junto
al río, pasamos bajo un puente de ferrocarril por el que va circulando un
larguísimo tren de mercancías que parece no tener fin, y un poco más adelante
nos cruzamos con unos grupos de simpáticos escolares que cordialmente nos
dedican el "bon jour"
ritual.
Tras unos 5 ó 6 km de marcha
encontramos unos prados donde pastan plácidamente un gran número de caballos; pertenecen a un centro ecuestre donde hay un
bar en el que estaba previsto degustar la cerveza gala, pero los martes
cierra así que tendremos que dejar ese placer para más
adelante.
Llevamos tiempo observando rayos y
truenos que se dirigen hacia nosotros y era cuestión de tiempo que nos
alcanzaran. Esto es el diluvio
universal, nos cae la intemerata que nos pone a remojo a pesar de los paraguas
y chubasqueros, pero al rato escampa y en el lugar de Portuberría, antiguo
enclave de carga y descarga, almorzamos apaciblemente.
Avanzamos unos 3 km hasta la
potabilizadora y un poco más adelante vamos avistando los primeros edificios de
Ustariz. Se trata de un pueblo de casas bajas que vamos bordeando hasta las
cercanías de la iglesia de San Vicente, donde nos detenemos a tomar unas
cervezas en la terraza de un bar que ya está cerrando pese a ser las 13,00 h.
Enseguida llegan Miguel y Roberto que han estado haciendo labores de
intendencia y nos indican que no hay albergue ni hospedaje en el pueblo y
habría que desplazarse hasta Espelette, pero nos avisan de que el albergue lo
han cerrado para desinfectarlo porque se han detectado chinches, en fin todo
problemas. Pese a que la gente se
comporta amable y solícita, no parece que muestren mucho interés por el Camino,
tampoco las costumbres francesas en cuanto a la apertura y cierre de
establecimientos son del agrado general del grupo, así que decidimos
desplazarnos hasta Urdax (Navarra) y saltarnos la etapa de mañana entre Ustariz
y Urdax por territorio francés, ganando de esta forma un día que veremos cómo
lo utilizamos.
Nos alojamos en el albergue del
monasterio de Urdax donde coincidimos con cinco chicas de Madrid que resultan
ser las que ayer pernoctaron en Espelette y dieron la alarma al ser picadas por
las chinches. Están contrariadas y molestas porque han tenido que deshacerse de
parte de la ropa y sacos de dormir y en alguna de ellas son evidentes las
picaduras.
Urdax es un pequeño pueblo de
imponentes casas de piedra y algunos restaurantes que visitan asiduamente
nuestros vecinos franceses después de abastecerse en la zona comercial
fronteriza de Dantxarinea -barrio de Urdax- .
Y aquí pasamos una plácida tarde de descanso y cervezas como preludio de
la buena cena a base de carnes a la brasa en el Bar Montxo que nos han recomendado.
Catedral de Bayona |
Monasterio de Urdax |
menudos avituallamientos,,,,,,,,,,,,,, me gustaria saber, quien porta la nevera azul ??
ResponderEliminarPues un poderoso Mazda 6 que hace las labores de apoyo. Hay que cuidarse, Jesús, que ya tenemos una edad, jejeje
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